La composición del suelo es fundamental para el buen desarrollo de las plantas de cualquier tipo. Es por eso que en esta nota hablaremos sobre la función que cumple; los tipos de suelo, correctores que se pueden agregar para mejorarlo y cómo hacer compost casero.
Función
El
suelo cumple varias funciones, pero nos detendremos brevemente en dos
de ellas: alimentación y sostén. Salvo en el caso de las epifitas
(que crecen apoyándose sobre otras) y en el de las acuáticas, el
suelo es el sitio donde la planta emitirá sus raíces, buscando
humedad y oxigeno para desarrollar sus tejidos. En ese camino
encontrará sales -la mayoría disueltas en el agua de lluvia o riego-
que ingresarán a la planta como savia bruta.
Luego su fisiología
interior se encargará de ubicarla en los sitios adecuados. El
desarrollo de las raíces, semejantes a las ramificaciones que nos
muestra el tronco en la superficie, adhiere la planta al suelo,
haciéndola más o menos estable y permitiéndole crecer erguida.
Agua y
oxigeno
Junto
a la riqueza de nutrientes, el agua y el oxigeno del suelo son los
elementos más importantes para el desarrollo de las plantas. Cuando
uno está presente en exceso, el sustrato necesariamente carecerá del
otro. Ambos se alojan en el mismo espacio: los poros y las galerías,
esa inmensa red continua que se ubica entre las partículas solidas.
Estas, a su vez, determinarán su cantidad, forma y cualidades.
Componentes
principales
Las
arenas son las partículas más grandes y lisas que se pueden
encontrar en el suelo. Dejan grandes espacios libres por los que el
oxigeno y el agua circulan sin obstáculo. En este caso, el agua se
escurre rápidamente hacia las profundidades, arrastrando lo que
disuelve a su paso. No retienen nutrientes en las partículas del
suelo, lo que las hace inigualables.
Las
arcillas están en el extremo opuesto. Las partículas, pequeñas, de
formas caprichosas y carga eléctrica en su superficie, se expanden y
contraen con la humedad. Esto hace que los suelos en las que están
presentes tengan pocos espacios libres. Las galerías son intrincadas
y la movilidad del agua y el aire se ve limitada por la expansión.
Estos suelos son sumamente eficientes para retener nutrientes.
Los
limos se encuentran en el punto medio con respecto a tamaño de
partículas y propiedades.
PH
El PH
se menciona a menudo pero pocos comprenden realmente su función e
importancia. Para no entrar en tecnicismos diremos simplemente que es
importante en el desarrollo de muchas plantas. Es neutro cuando su
valor es 7, alcalino más de 7 y ácido menos de 7. Su ajuste es
necesario para que por ejemplo, nutrientes como el hierro sean
solubles y puedan ser aprovechados por las plantas.
Correctores
Los
correctores nos permiten modificar las condiciones del suelo. Existen
correctores de textura (composición de las partículas), estructura
(forma que toman esas partículas cuando se agrupan, pH y componentes
químicos (nutrientes y sales). La mayoría de ellos actúan sobre
más de un problema, ya que varias de las enmiendas (así se llama a
los correctores de textura y estructura) también influyen sobre el
pH y en la composición química del suelo.
Arenas
gruesas
Cuando
pretendemos hacer un suelo más permeable solemos incorporar arenas.
Esto es cierto unicamente si utilizamos arenas gruesas, pues las que
se usan en construcción son inadecuadas, ya que rellenan el suelo
sin añadir ningún beneficio. En una mezcla adecuada, el volumen de
arena nunca sobrepasará la tercera parte del total. Los dos tercios
restantes serán de tierra negra y materia orgánica.
Perlita
Materia
orgánica
Es el
gran moderador, componedor y mejorador de todos los suelos. Tendrá
lo mejor de cada uno: buena capacidad de retención de nutrientes y
humedad, correcta permeabilidad y aireación. Ademas estabilizará el
suelo evitando la erosión y será el alimento de los microorganismos,
muchos de ellos necesarios para un mayor y mejor desarrollo de las
raíces de nuestras plantas cultivadas o naturales. También mantiene
una temperatura con menores variaciones.
Debemos
tener la precaución de no utilizar materiales con excesiva acidez
(pH muy bajo, como las turbas rubias) para plantas que no se adaptan
favorablemente a ese tipo de suelos. Entre los materiales
recomendados figuran:
- Turba rubia
- Turba negra
- Resaca de rio o bañado
- Humus de lombriz
- Pinocha
- Mantillos
- Compostados.
Todos
se consiguen en comercios, algunos inclusive pueden hacerse en casa
(compost) y en forma natural (mulching).
Cal
Mezclar
cal común con el suelo o espolvorearla sobre ellos provoca un
agrupamiento de las partículas de arcilla, generando espacios de
aireación y permeabilidad en los suelos pesados. Se la puede
utilizar en cantidades moderadas para que cambien el pH. Espolvorear
cal sobre suelos que retienen humedad permanentemente en superficie,
corrige este defecto en pocos meses.
Yeso
El
yeso es un sulfato de calcio que suele utilizarse tanto para bajar el
pH en suelos alcalinos como para mejorar suelos con alto tenor de
sales de sodio. Los sulfatos en general, ya sea de hierro, aluminio o
cobre, acidifican los suelos, al margen de producir los efectos
buscados: aporte de hierro para las acidofilas, fungicida de suelo a
través del cobre. Pero en el caso del yeso, el sulfato de calcio se
transforma en sulfato de sodio, más soluble y, por lo tanto, se
lixiva (lava del suelo) con mayor facilidad a través de las lluvias
o aguas libres de sodio.
Compost
casero
En los
ecosistemas naturales, todos los elementos minerales del suelo se
reciclan a partir de la materia orgánica, que son los restos tanto
de animales como de plantas. Lo que se debe aprender en los
ecosistemas urbanos es cómo reciclar toda esa materia orgánica,
porque lo que generalmente se hace en las casas es juntar toda esa
materia orgánica (hojas) y quemar esos restos. Un método práctico
para reciclar son las composteras.
Se
logra acumulando cortes de césped, hojas secas o de poda y restos de
frutas y vegetales; jamas comidas de origen animal, pues las ratas
serán un visitante habitual, no
así plásticos, vidrios o latas, los cuales no se degradan. Cuanto
más variada sea su composición, más rápido será el proceso. En
suelos muy drenados puede hacerse en pozos, de lo contrario, se apila
sobre el terreno rodeado por madera, ladrillos, una malla plástica o
de alambre.
Sin
dudas, en la mayoría de las casas la gente junta y quema las hojas
que caen en el patio o las tiran a la basura; con la quema se elimina
materia orgánica valiosa y además se incrementan los problemas de
los gases que ocasionan el efecto invernadero.
Con
esto, también estamos eliminando mucho anhídrido carbónico, que
luego hace que nuestro planeta sea cada vez más caliente. Por tanto,
es importante aprender que toda esa materia orgánica necesariamente
debe ser reciclada, y se deben buscar formas para reciclar.
Cómo hacerlo
Una
forma práctica de reciclar los restos orgánicos que se producen en
las casas y ambientes rurales es construyendo pequeñas composteras,
en donde se pueden depositar todos los restos orgánicos, los cuales
inmediatamente serán atacados por la flora microbiana del suelo, que
rápidamente serán degradados, para poder tener en la casa una
fábrica de abono natural.
Es
fundamental airear periódicamente, removiendo lo que esta adentro
hacia afuera y mezclando lo muy mojado con lo mas seco. La excesiva
humedad provoca podredumbres y la falta retarda el proceso. Se puede
regar para dar el tenor de humedad necesario.
Dónde depositar los restos
En vez
de cortar, tirar o quemar el pasto, estos restos pueden ser
depositados en una compostera, de modo que la naturaleza los pueda
reciclar, y a partir de allí, comenzar a utilizarlos como abono
natural, ya sea en los canteros, macetas, césped y todos los lugares
donde se necesite.
Entre
los restos orgánicos que pueden ser utilizados, están las hojas
caídas, pastos cortados, hojas de árboles podados, entre otras
cosas, no así plásticos, vidrios o latas, los cuales no se
degradan, ni tampoco restos de origen animal ya que serán atacados
por ratas.
Es
importante entender que estos restos orgánicos no son basura y
pueden ser reutilizados, ya que muchas veces la gente tira los restos
de hojas y al final termina comprando fertilizantes.
Ubicación
La
compostera que puede ser fabricada y utilizada en la casa, ocupa una
extensión de 1 metro cuadrado, y tal como se puede notar el la
gráfica, se utilizan cuatro varas de madera por las cuales irá
clavada un tejido que servirá para sostener los restos orgánicos.
En la parte de abajo de esta compostera, el alambre podrá ser
removible de tal forma que se pueda sacar el fertilizante. Inmediatamente
después de este proceso, estos restos se irán degradando; finalmente
uno podrá obtener el abono removiendo desde abajo.
Esta
compostera puede ser instalada en el fondo de la casa o en cualquier
lugar, ya que no ocupa mucho espacio físico.
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