Diseño de interiores: El proceso de diseño I


En esta sección "Diseño de Interiores" voy a analizar en qué consiste el proceso de diseño, y las pautas a tener en cuenta al desarrollarlo. Esto es muy importante ya que independientemente de cómo sea el trabajo, debemos poner toda nuestra dedicación y responsabilidad en él, ya que... un cliente conforme, significa nuevos clientes.

-Entrevista con el comitente (cliente) donde captamos sus necesidades y expectativas. Tomar contacto con el espacio a intervenir, ya que probablemente nos encontremos con limitaciones, ya sea espaciales, económicas, de tiempo, etc. Luego realizamos el relevamiento mediante fotografías, esquemas a mano alzada, planos preliminares.

-Una vez obtenidos estos datos, elaboramos un programa de necesidades, el cual luego constataremos una vez más con el comitente.

-Comenzamos el proyecto: croquis, plantas sintéticas, anotaciones, imágenes. En algunos casos, el diseñador usa una Idea rectora (que se examina más abajo) y un partido.

-Durante el proceso de diseño, habrá varias reuniones con el cliente, para seguir fusionando ideas, elaborar y justificar el ante-proyecto.

-Entrega del Ante-proyecto y conversar últimos ajustes.

-Entrega del proyecto: plantas, vistas, croquis, catálogo de materiales y memoria descriptiva.



Opciones de ejecición del proyecto

Si la obra se ejecuta, es conveniente que el proyectista haga la Dirección de Obra, teniendo en cuenta estas variantes según la complejidad del mismo

-En grandes obras de diseño interior: Si la obra es realizada por una empresa, el proyectista debe constatar que su proyecto se realice con presición y supervisar pequeños cambios. El director técnico de la Empresa contratada para la ejecición, deberá coordinar con el Proyectista-Director de obra.

-En obras pequeñas se pueden contratar los distintos gremios y hacer un sistema de contratos separados. En este caso, el proyectista es el único Director, debiendo programar las tareas para que no se superpongan y se puedan realizar sin problemas.

-En obras pequeñas también se puede trabajar con un contratista de experiencia, como un maestro mayor de obras o un capataz, que tiene un equipo. El diseñador hace de Director de obra, pero trata con una sola persona.

-Otra opción es hacer sólo el proyecto y que otro profesional asociado o puesto por el comitente se ocupe de la Dirección, mientras que el proyectista- diseñador hace una supervisión cada dos días para chequear la buena ejecución.

-Algunos proyectos se guardan para ser ejecutados más adelante, quedando sujetos a financiación u otros factores. En este caso es muy importante que el diseñador reciba el total de sus honorarios de proyecto y se cierre esa etapa, que se retomará más adelante.


El diseño correcto

Se trata de un equilibrio entre tres componentes fundamentales: forma, función y materiales (sistema constructivo).

Éstos tres están ligados entre sí y no debemos romper su justo balance
  • Función: el uso, la actividad que se realiza en un ambiente por ej: comer
  • Forma: es la resolución plástica, la forma que le daremos
  • Sistema constructivo: el modo de materializar dicha forma que responde a esa función.
La Idea Rectora

Primero cabe aclarar que no todos los diseñadores y arquitectos están de acuerdo en tener siempre una idea rectora, sostienen que es posible realizar un diseño correcto sin ella.

Debe expresar, por supuesto la idea o intención del proyecto. Es la columna vertebral que une de principio a fin nuestro diseño. Es esa decisión que guía nuestro camino: puede ser en principio una decisión sobre forma, función, tecnología o todas ellas combinadas. Es la esencia del diseño.

Daré un ejemplo: una persona quiere construir su casa de verano en la playa y su Idea rectora es que el diseño de su casa o sus ambientes se desarrollen en base a la inspiración de las olas del mar. Entonces el diseñador toma esta idea y planifica su diseño a partir de una pared ondulante coloc azul y arena ubicada en el ambiente principal de la vivienda. La idea rectora fue "la ondulación del mar".

La idea rectora transmitirá con claridad la sensación buscada. Formas, materiales, luz, color, proporciones, equilibrios y desequilibrios, manejos de escala y otras variantes que nos llevan a concretarla.


La sensación y la percepción

La sensación es algo tan subjetivo, que dos personas sentirán distintas cosas sobre el mismo ambiente, ya que entra en juego la historia de cada uno, sus vivencias y reacciones frente a los estímulos visuales, táctiles, auditivos, olfativos, los recuerdos, la cultura...en fin, nuestra individualidad hace que cada uno reaccione diferente frente a un hecho arquitectónico, de diseño o decorativo.

Por eso es tan importante la comunicación estrecha con el comitente, para poder interpretar todas sus sensaciones y volcarlas en el diseño final.

Los materiales y la percepción.

Si hablamos sólo de materiales, veremos que según cómo tratemos las superficies varía la percepción: no es lo mismo la madera trabajada en estado natural con su rugosidad, calidez y rusticidad) que la misma madera pulida y plastificada (terminación lisa que la torna más fría, se aprecia más la veta pero si ese relieve ni el aroma característicos). Nótese cómo en un solo material variaron casi todas sus características con desición de la terminación superficial. Todo esto refuerza la intención del proyecto, el fin al cual queremos llegar.

Por lo tanto, no es igual un
  • granito pulido que uno sin pulir
  • una alfombra de lana que una sintética
  • un vidrio satinado que uno translúcido
  • una tela liviana que una pesada, una lisa que estampada
  • una pared de yeso liso que uno trabajado con molduras, etc.




Es importante para el diseñador manejar con soltura estas variables, saber de antemano sus posibilidades para usarlas a favor y nunca en contra. Si los análisis son realizados concienzudamente, el proyecto se enriquece y la materialización se lleva a cabo sin problemas.

Analicemos el siguiente ambiente y veamos cómo fueron conjutados materiales diversos y a la vez se logró unidad y síntesis.



Se utilizó el vidrio (liso, artificial, translúcido y frío), un juego de niveles en el piso que marcan distintas zonas de uso (balcón, comedor, sector de descanso), el equilibrio de la iluminación natural y el juego sutil de la artificial, y el agregado rúsitco de plantas y macetas con piedras. 

Es evidente que la frescura fue una de las premisas fundamentales, junto con la de disfrutar vistas limpias y expresar la ubicación a través de la materialidad.

El tema se continúa desarrollando en la parte II

Gracias.





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